Las increíbles ciudades de Columbia y Rapture regresan a las consolas de la generación actual a través de The Bioshock Collection, que también llega al PC. En la versión para computadoras, aquellos que ya posean las ediciones de Bioshock 1 y/o 2 reciben automáticamente la remasterización, pudiendo elegir entre jugar la versión original o la remasterizada. Bioshock Infinite permanece igual en servicios como la Steam.

Hemos jugado la versión para Xbox One, que permite descargar cada juego por separado en la consola, en lugar del paquete completo. Bioshock y Bioshock 2 ocupan alrededor de 15 GB cada uno, mientras que Infinite ocupa 30 GB del HD. La colección trae todos los contenidos lanzados desde la franquicia hasta el momento, incluyendo el DLC Burial at Sea, de Bioshock Infinite.

La colección trajo mejoras gráficas notables si comparamos a las versiones originales, especialmente en los dos primeros Bioshock. Mientras el primer juego todavía parece ser de la generación pasada – aunque tenga gráficos más claros –, el segundo convence como un título de la actual generación. Bioshock Infinite no cuenta con tantas mejoras en relación al original, y continúa a sorprendernos con la ambientación fantástica de la ciudad voladora de Columbia.

Mientras los gráficos y los efectos sonoros han mejorado considerablemente y se adecuaron al padrón de esta generación, lo mismo no se puede decir en relación al desarrollo, que tuvo la misma atención. En nuestra prueba, encontramos errores que impidieron el avance, exigiendo recargas del juego repetidas veces.

Al buscar soluciones o indicaciones de cómo evitar estos errores, descubrimos que los defectos ya ocurrían en la versión original. Es decir, al equipo de Blind Squirrel Games y de 2K todavía hace falta resolver problemas pasados antes del lanzamiento de la colección, que permanece con los mismos errores. Recomendamos a aquellos que se aventuren por Rapture y Columbia guardar constantemente su progreso, ya que existe la posibilidad de encontrar esos problemitas.

Y ojo: The Bioshock Collection es la oportunidad perfecta para quien no tuvo la oportunidad de jugar las obras maestras de Ken Levine y conocer una de las ambiciones más increíbles de los videojuegos.