Desde que Xbox 360 llegó a las tiendas en 2005, la
productora Remedy había anunciado Alan Wake, un videojuego
ambicioso que traería una verdadera película de terror para la
consola de Microsoft. Muchos años se pasaron y nada de lanzar el
juego. Entre varias prorrogaciones, contratación de otro estudio de
efectos especiales y hasta el anuncio y cancelación de la versión
para PC, el juego finalmente fue lanzado. Y la espera valió la
pena. El juego no decepciona.
Todo comienza cuando Alan Wake, un escritor famoso,
tiene una crisis de creatividad y no consigue escribir nada más
para un nuevo libro. La crisis de inspiración se extendió por dos
años y el juego comienza a partir de ese momento. Alan decide tomar
unas vacaciones en la isla de Bright Falls con su esposa, para
relajarse. El problema es que el tipo, en el momento en que llega a
la ciudad, ya empieza a pasar por varios hechos raros. Estos
acontecimientos llevan al escritor a encontrar páginas sueltas de
un libro firmado por él, pero que él mismo no se acuerda de haber
escrito. A partir de ahí, Alan se ve dentro de una pesadilla
interminable.
Hay menciones e inspiraciones claras en historias de
horror y thrillers como de Stephen King. El clima mórbido es el
mismo de varias historias del escritor estadounidense, llevando al
jugador a sentir el estado de tensión del protagonista en medio de
un escenario oscuro y sin vida.
El juego se divide en varios capítulos, como si fuera
una serie de televisión. A cada parte finalizada, aparecen “escenas
del capítulo anterior”, recordando los hechos principales ocurridos
durante la aventura. Así, como el modo en que el juego es dividido,
el clima también se refleja en serie. Aunque los gráficos no
alcancen el máximo de potencial en la Xbox 360, la ambientación
logra pasar exactamente lo que la historia refleja: penumbra.
Esto convierte la luz en algo imprescindible durante
el partido. Y es tan evidente que los postes de luz son utilizados
como checkpoints y el “arma” principal del protagonista es una
linterna: todos los enemigos son hechos de oscuridad y sólo son
derrotados si un faro de luz se dirige a ellos. Después de romper
la “oscuridad” de cada uno, el buen y viejo modo de eliminar
aparece frente a nosotros: tiros y más tiros. Como las balas son un
poco escasas en ciertas horas, vale usar la linterna y las armas
cuando necesario, eligiendo qué enemigo deberá ser muerto primero,
para que sigas la aventura sin grandes problemas.
Una de las sensaciones es que la Xbox 360 realmente
necesitaba un videojuego satisfactorio de supervivencia de horror.
Alan Wake trae eso con toda la jugabilidad y el estilo de juegos
como Silent Hill y Max Payne, por ejemplo.
Para algunos puede parecer terrible la falta de
movimiento en ciertas escenas, como en momentos en que se
debe ir hasta un punto y otro, charlar con un tipo en la comisaría,
etc. Realmente, las misiones son muy sencillas, pero no estamos
hablando de un videojuego de acción. Alan Wake es un juego que nos
trae una trama fuerte y envolvente. Entonces, las escenas más
“estáticas” tienen sentido, así como cada diálogo presente en el
juego. Incluso los radios y TVs dispuestos en los escenarios,
cuando conectados por Wake, muestran programas que pueden ser
verdaderas pistas de lo que se pasa en la trama.
La ciudad de Bright Falls tiene una función
importante y refleja el clima sombrío necesario de la trama. Si has
visto películas como El Llamado, sabes de qué estamos hablando.
Participar del videojuego con todo ese aire de oscuridad, con una
banda sonora muy eficaz en cada escena, nos hace pensar dos veces
antes de ir a “descansar” en una isla semejante como aquella. Estas
son cosas muy habituales en películas de suspenso.
El mundo del juego no está totalmente abierto, como
Remedy había planeado al principio. Sin embargo, tú debes pasar por
diversos lugares macabros y horribles, como ambientes que nos
llevan a almacenar troncos de árbol, puestos abandonados, bosques
densos y siniestros. Y no te olvides: la oscuridad es la casa de
los enemigos, así que caminar por la noche es dar oportunidad a los
ataques demoníacos. Lo más chévere es que los enemigos son como
humanos, pero envueltos de sombras. De todas formas, traen un aire
extremadamente diabólico, porque hablan con voces que se mezclan en
diversos tonos.
En estos tiempos en que historias como Los
Expedientes Secretos X y hasta las del autor Stephen King parecen
obsoletas, Alan Wake logra renovar la fórmula de thriller y
suspenso en un juego equilibrado.
En general, el título es bastante divertido y agrada
a los que quieren disfrutar de un buen juego de horror psicológico.
No es casualidad que, al principio, Wake menciona a Jack Nicholson
en El Resplandor. Sin embargo, en esta historia, el protagonista de
la película de Stanley Kubrick es muy normal si lo comparamos con
los seres raros que viven en la pesadilla de Alan Wake.