Desde hace ya algunos años atrás se ha hablado de cómo en ciertas empresas de videojuegos hay ciertas injusticias, entre ellas horas extras que terminan con la paciencia de los empleados, así como otras condiciones de trabajo que van mucho más allá de lo normal en diferencia a otros rubros. Por eso mismo se ha trabajo en la creación de sindicatos para tener reglas más justas dentro del entorno, y ahora se ha dado conocer el veredicto respecto a SEGA, quienes ahora ya han cerrado el contrato que se estuvo trabajando con esmero.

Los trabajadores de la parte americana de esta compañía, una división de Sega Sammy Holdings Inc., se han convertido en los primeros empleados de una empresa norteamericana de videojuegos en ratificar un contrato sindical, una medida que puede acelerar un floreciente movimiento laboral en una industria conocida por su inestabilidad entre su fuerza laboral. Este cubre a unas 150 personas de los departamentos de marketing y otros de las oficinas de la división en el sur de California.

Se informa que los trabajadores recibirán aumentos salariales mínimos anuales del 4% en 2024, 3% en 2025 y 2,5% en 2026, así como una serie de otros beneficios, dijo en una entrevista Catalina Brennan-Gatica, representante de Communications Workers of America. Esto ha tardado en llegar a América del Norte, pero ha cobrado impulso en los últimos años a medida que los empleados han buscado contratos en estudios como Activision Blizzard y ZeniMax, ambos propiedad de Microsoft.

La aprobación del contrato puede hacer que más partes de la industria actúen igual, pues recordemos que Raven Software, parte de Activision, en su momento formó su sindicato, pero faltaría mucho tiempo para que la empresa matriz los reconociera como una y aceptara la formación sin oponerse de alguna manera. Lo mejor, es que en este contrato se exige que SEGA avise antes de los despidos y ofrezca un mínimo de dos semanas de indemnización a los empleados afectados, con un límite de ocho semanas.

Esto también es un paso después de lo que empresa ha hecho en esos meses al dejar ir a cientos de personas y vender estudios occidentales.