El juego ya provoca sonrisas de tan sencillo que se presenta: es básicamente un hack’n’slash de proporciones épicas que se propone a dejar el jugador en la piel de grupos importantes de soldados históricos.

Puedes encarnar a samuráis (rápidos y letales, según la producción), vikingos (fuertes y violentos) y guerreros europeos (balanceados) en batallas gigantescas. Y “gigantescas” en For Honor quiere decir escenarios tan amplios y llenos de soldados al punto de hacer las entrañas de un PlayStation 4 o Xbox One entrar en riesgo de combustión.

La brutalidad es uno de los puntos fuertes del juego. Las espadas penetran armaduras y soldados exhiben un genuino cansancio tras cada golpe. Los sonidos sordos y secos de golpes y heridas fueron creados también y probablemente harán el producto final luchar de igual manera sanguinolenta con La Tierra Media: Sombras de Mordor. Pero no cuentes con cualquier componente fantasioso en el mundo del juego: todo se basará en investigaciones históricas, lo que de pronto ya elimina todo tipo de magia o seres fantásticos.

Lo mismo se puede decir de los personajes: ellos definitivamente no son la fuerza mayor de For Honor, pero a veces sus historias se destacan e impregnan las batallas con los tipos de conceptos que probablemente han movido las guerras de antaño: pasión, honor, familia, religión y violencia. Cada uno de esos personajes – podrás controlar a varios de ellos a lo largo de la campaña singleplayer – tiene habilidades únicas, que pueden ser desbloqueadas cada vez que el jugador consigue combos especiales. De hecho, hay un poco de misterio sobre el modo para un jugador del juego, pero Ubisoft ya ha dejado claro que él existe y que el jugador controlará a los soldados alternando entre las facciones del juego.

Las mecánicas de combate de For Honor involucran el tipo de decisión complicada que va mucho más allá de la simplicidad del concepto del juego. Para no hacer del título algo excesivamente repetitivo, como aquellos que te dejan con tendinitis aguda en los pulgares de las manos de tanto apretar el mismo botón en velocidades insanas, los productores han adaptado un nuevo sistema: puedes dar golpes con el analógico derecho mientras te mueves con el otro; prendes uno de los gatillos para aumentar la fuerza de los ataques, usas las espadas en el momento correcto para esquivarte y defenderte.

Convertirse en un soldado legendario no es una tarea simple en la producción, ya que el equipo de desarrollo promete una curva de aprendizaje acentuada para los que desean ir más allá de los golpes básicos.

A pesar del modo singleplayer, lo más destacado de For Honor es su modo multijugador. Reunir a muchos jugadores con muchas ganas de usar los combates campales llenos de absurdos indescriptibles es la principal misión de la empresa y se espera que sea bastante variado para que no sea sólo un Samurái Warrior de nueva generación.

Y si las estrategias en grupo son importantes, el perfeccionismo y la habilidad en los combates de mano a mano son más aún. Para no convertir las batallas en algo aburrido o con mapas pequeños, el equipo de desarrollo va a poner en el mapa soldados controlados por inteligencia artificial. La tensión es un elemento constante en el modo multijugador, no sólo por el miedo a la muerte, sino por la posibilidad de ser muerto por una flecha o un combo destructivo que puede venir de cualquier parte.