Diablo III sigue la historia de Diablo II: Lord of Destruction: la trama del videojuego se ambienta en los 20 años tras los hechos que marcaron el fin del Diablo II. Los guerrilleros por fin derrotaron el mal, pero cuando un cometa cae en la Tierra, precisamente en el sitio donde el Diablo fue encarcelado, los guerrilleros son una vez más convocados para defender la humanidad contra el nuevo enemigo.

El estilo del juego sigue siendo lo mismo (visión isométrica), pero ahora utilizando los recursos de las nuevas tecnologías, reproduciendo un mundo interactivo en 3D, incluso con la opción de destruir escenarios. Los jugadores pueden elegir entre cinco categorías disponibles (seis después de la expansión) y aventurarse en un mundo mágico y amenazante que Diablo III proporciona.

Los niveles de dificultad Nightmare y Hellmode presentan un desafío al gusto de los jugadores más valientes. Además, estos niveles ofrecen nuevos elementos al juego, como una nueva gama de elementos y equipos para el jugador vencer los obstáculos más difíciles convirtiendo la experiencia algo más rica y envolvente, incluso cuando el juego se termina más de una vez.

El visual y los sonidos son un destaque: oír el clásico sonido de las monedas cayendo en el suelo después de cavar alguna caja es algo incluso nostálgico. La esencia del Diablo es muy evidente en cada rincón del mapa en el que rastreamos por nuevos elementos o por otros jefes para derrotar.

El escenario multipantalla resultó excelente, a causa de la dificultad de crear un visual con calidad gráfica digna del padrón actual. Diablo III tiene un buen aspecto visual, con detalles muy pequeños, como el movimiento del pelo del personaje y los sonidos de huesos que se rompen.