¿Cómo tratar de uno de los peores y más sangrientos conflictos de los últimos 100 años sin destilarlo en una serie de eventos para agradar al jugador? Una tarea bastante difícil para Dice. Quizás no ha encontrado el punto exacto para hablar sobre la Primera Guerra Mundial, pero por cierto es algo que va cambiar a la franquicia Battlefield.

El mayor “problema” de la Primera Guerra Mundial es que se trata de un conflicto sin lado “bueno” y “malo” claramente definidos. Es una guerra donde grandes potencias mundiales neocoloniales estaban en decadencia: un barril de pólvora a punto de explotar.   

Al contrario de adentrar en este tema, Dice ha preferido crear una campaña que intenta presentar los diferentes perfiles de aquellos que luchan en la batalla y sus aspiraciones. El elemento funciona para las dos primeras misiones, con un “aire” más pesado y violento que las demás. A partir de ahí, se adentra en un ciclo de “rellene el objetivo X, Y, y rellene la misión”.

Tenemos la sensación rara de que cada personaje es un superviviente de guerra y está allá por algún motivo, pero los sistemas del juego garantizan que a cada objetivo concluido se recibirá un regalo de felicitaciones. Pero pronto se olvida el motivo por lo cual estamos allá que no sea cumplir las misiones.

El espectáculo visual sigue con toda la fuerza que Dice nos muestra desde Battlefield 1942. Las casas son destruidas muy rápidamente, los tanques se quedan enlamados. Toda la atmósfera se queda más caótica que la mezcla realista de Battlefield 4.  Y, como de costumbre de la franquicia, esto es apreciado al máximo en los partidos online, el punto en que Dice presenta su total capacidad.

Battlefield 4 tuvo un comienzo de vida divertido, variado, pero a lo largo del lanzamiento de los DLCs, ellos empezaron a tornarse demasiadamente enfocados en vehículos y combate a distancia. Battlefield 1 es el más próximo que podemos volver a las raíces, con infantería usada como pieza central para la conquista.

La Primera Guerra Mundial fue un período experimental para el conflicto armado y eso se refleja en las decisiones de diseño de Dice. Los tanques son poderosos, pero esporádicos, aviones hacen un poco de daño, pero no son garantía de nada. Los que realmente quieren ayudar el equipo necesitan poner los pies en el suelo y correr hacia el punto de captura.   

En consecuencia, tenemos lo que podemos considerar uno de los mejores conjuntos de mapas en el lanzamiento desde Battlefield 3. Ellos son enfocados en infantería a través de distintos incentivos. Siempre hay algo más para hacer si se juega en el modo Conquista, como capturar una bandera, seguir órdenes del escuadrón o mantener la guardia en una bandera de captura.

Decidir entre nuestros preferidos sería muy difícil, pero Monte Grappa es uno de los más interesantes. Él exige trabajo de equipo, fuerza para que los jugadores utilicen tácticas no usuales y también deja los vehículos y aviones siempre vulnerables. La intensidad es elevada al 11, adaptación e improvisación son los elementos cruciales para una victoria.

También en él se ve el mejor uso de los Behemoths, unidades especiales con alto poder de fuego. Ellos se van de tren armado con cañones, un dirigible y un barco monstruoso. Impresionantes desde la primera vez en que se los ve hasta el momento en que están allá más para “traer intensidad” que para ayudar en la batalla. Cualquier equipo algo competente consigue destruirlo en dos o tres minutos.  

En el caso de Monte Grappa, un dirigible aparecía para el equipo que estaba en la retaguardia y casi todas las veces caía en el aire como una pelota en llamas algunos minutos después, para la frustración de los oponentes. Una buena idea en el papel pero que no hace sentido en el juego.  

Nos quedaríamos felices si el modo Rush y otros modos secundarios, como Team Deathmatch y War Pigeons – donde ustedes deben capturar una paloma e impedirla que envíe un mensaje – tuvieran recibido un tercio de atención de estos Behemoths.

El foco parece estar en el nuevo modo Operaciones. Inspirado por el modo Supremacía del (terrible) Battlefront, las operaciones ponen los jugadores en un combate más linear. Cada equipo debe atacar y defender un punto de control. Al perderlo, deben retroceder al punto de control anterior e intentar reconquistarlo.

Él es capaz de resolver dos de los mayores problemas de Battlefield para nuevos jugadores: reducir la confusión del modo Conquista – que para muchos todavía es disonante en relación al que debe ser hecho para vencer – y para proveer batallas intensas donde todos pueden sentirse útiles de una forma u otra.

Los mapas usados en las operaciones ganan nueva dinámica, rutas y las tácticas necesitan ser repensadas para tomar los puntos. La linealidad no nos agrada tanto, porque todavía somos muy aficionados del modo Conquista, pero esperamos que Dice se encargue más del modo, y haga correcciones en los problemas.  

Pero, por fin, ¿qué sería un lanzamiento de Battlefield sin un problema técnico u otro, no? Con los juegos de Dice, el esquema siempre es “dos pasos adelante y uno atrás”: Battlefield 1 escapó a la regla en lo que se refiere a la estabilidad de los servidores, pero ha presentado problemas en otros lados.

A menos que hayas gastado todo tu dinero para comprar un PlayStation 4 Pro, o juegas en el PC, puedes esperar una tasa de cuadros instable para partidos con 64 jugadores. Es bonito de ver, pero frustrante cuando los disparos o las granadas lanzadas no son registradas a causa de un “delay” entre la acción pulsada en el control y lo que ocurre en la pantalla, lo mismo pasa en servidores con un ping bajo.

El mismo “delay” se encuentra en todas las plataformas durante la navegación de los menús, que parecen una mezcla de Battlefront con un qué-sé-yo que Dice piensa que es usabilidad. Editar clases es un sacrificio, navegar por los servidores lleva mucho tiempo. Pusieron una barrera a todo lo que se relaciona con una entrada rápida en un partido.

La tercera y última barrera impuesta por Dice es el “nuevo” sistema de clases que, según el desarrollador, presentaría mayor maleabilidad para el jugador avanzar en su experiencia.

La maleabilidad de hecho está allá, las armas ahora son compradas a través de War Bonds, monedas ganadas cuando se sube de nivel. Sin embargo, algunas armas están bloqueadas si no has subido de nivel. ¿Dónde se puede verificar eso? En la barra ubicada en la cumbre del menú de edición de clase.

Para dificultarlo todo, sólo ganas puntos al subir de nivel si acaso hagas alguna de las acciones con la clase, pero fuera de los vehículos. ¿Acabaste de capturar un punto importante para tu equipo como médico, pero decidiste entrar en un tanque para protegerse de los enemigos? Qué lástima, toda la puntuación se va para la clase Tanque. Entendemos la necesidad de los sistemas de progresión en 2016 para mantener los jugadores flipados en un juego, pero no es necesario que sea tan complicado, ¿no es cierto, Dice?

Battlefield 1 acaba siendo esta experiencia “esquizofrénica” (sin ofensas), donde las ideas de diseño y los mapas bien trabajados están en conflicto con una interface mal hecha, sistema de progresión nebuloso y una campaña olvidable. En partes, es el regreso a la forma que queríamos y nos muestra que Dice está dispuesta a avanzar en aspectos de una franquicia en la que el esqueleto ya está formado y su base sedimentada lo suficiente para cambios radicales.

Para que estos avances tengan efecto, es necesario también tratar de todos los problemas que hacen falta a un partido más divertido para todos. Merece destaque entre los fans que ya estaban cansados del período moderno que se estableció por tantos años, pero también que no jueguen con la expectativa de que será el shooter revolucionario del año.

Battlefield 1

Redacción Games4U

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