¿Cuál es la fórmula para el éxito? Mucha gente busca, investiga por años y, al final de cuentas, descubre que no existe una fórmula. El éxito exige cucharadas de empeño, pizcas de suerte y el algo de talento añadido de mucha competencia, méritos que fueron usados con maestría en Red Dead Redemption.

Finalmente, hemos salido de la vida urbana de los GTAs y caímos en un nuevo mundo. Esta vez, lleno de tierra, polvo, caballos y ciudades bordeando a la precariedad absoluta durante el comienzo del siglo 20. Incluso con el éxito intenso del cuarto capítulo de Grand Theft Auto IV, Rockstar no tuvo dudas en seguir con una serie que estaba en el olvido de las consolas de nueva generación. Y ha logrado lo que nadie había hecho hasta entonces: presentar un juego de wéstern como candidato a mejor juego del año, quizá de todos los tiempos – si tomamos en cuenta el género y la temática escogida.

La historia entera ha empezado con el juego Red Dead Revolver siendo desarrollado por Capcom, que produjo un título muy bien recibido por el público y la crítica. Sin embargo, su éxito, en la época para la Xbox y la PlayStation 2, no logró acercarse a lo que su secuela ha alcanzado.

En 2002, Capcom desistió del proyecto y Rockstar luego se encargó de seguirlo. La madre del GTA compró los derechos del videojuego y siguió con su producción. El punto es que Capcom suministró el material, pero Rockstar lo transformó en oro.

Añadir algunas gotas de sangre ha sido suficiente, además de proponer una historia más profunda, personajes muy bien estructurados y mucha diversión para que el juego se convirtiera en el más vendido del año. Y en ese cambio  nosotros somos los ganadores, porque ahora tenemos un juego fenomenal. Es verdad que tiene sus pequeños bugs, pero que se vuelven casi invisibles ante la profundidad y la calidad del título.