Hay algunos videojuegos que son atemporales sólo para los que tuvieron el placer de jugarlos en la época de su lanzamiento. Si ese es el caso de Ragnarök Online, es difícil decir. Por un lado, ningún otro MMORPG lanzado hasta hoy ha logrado traer mecánicas de personalización tan amplias como él: es un verdadero océano de posibilidades en la caracterización de los personajes. Por otro lado, muchos jugadores ni siquiera piensan instalar el videojuego en el PC debido a sus anticuados gráficos en sprites (por más carismáticos que sean).

Como el espectáculo no puede parar, Gravity tenía una misión complicada por la cual todos los juegos basados en multijugador inevitablemente tendrán que pasar: traer a su mundo una reformulación. Tanto para atraer a un nuevo público como para mantener el antiguo, era necesario traer algo tan impactante que llevaría la gente a desear de nuevo la posibilidad de dominar los castillos de los servidores o cazar el gran jefe colosal. Una renovación.

Cuando uno desarrolla algo desde el principio a veces es más fácil que reconstruir un juego que ya tiene una base de fans tan grande como Ragnarök, pero quizás el miedo de cambiar demasiado el tablero con el que ya estábamos acostumbrados haya sido un error en la planificación.

Cualquier persona que ha jugado al menos un poco del videojuego podrá notar tres novedades más que bienvenidas. En primer lugar, que el sistema de quests ganó gran énfasis desde los primeros pasos de su personaje, un intento de amenizar el grind (derrotar grandes cantidades de enemigos repetidamente para avanzar al personaje) sin fin que antes era exigido. Además, ganar puntos de experiencia al ayudar a NPCs (personajes no jugables) acaba siendo mucho más recompensador por dar al jugador la sensación de estar participando más activamente en el mundo del videojuego. Es un tiro seguro para aumentar la inmersión.

El segundo cambio es en el diseño. Los antiguos jugadores seguramente llevarán un poco más de tiempo para acostumbrarse a la nueva distribución de los menús, la nueva barra de chat completamente adaptable o la forma en que el mapa puede ser exhibido, pero, al final de cuentas, todos estos pequeños cambios acabaron por convertir la experiencia en algo mucho más cómodo e intuitivo.

Tras percibir cómo el nuevo modo de búsqueda de grupos funciona, seguro que vas a preguntarte: ¿cómo nadie había pensado en eso antes?

Por fin, el tercero y más importante de los cambios es cuando avanzas tu avatar. Desde ahí, ganar la experiencia necesaria para pasar a la próxima clase está mucho más rápido, una solución muy inteligente por parte de los desarrolladores.

Una razón por la cual muchos abandonabam Ragnarök era el momento cuando creían que, después de tantos días jugando, dar 600 puntos de daño a los enemigos ya estaba bueno. Y entonces veían algún transclase efectuar 6 mil al otro y seguir de pie por mucho tiempo. Además, el nivel máximo ahora ya no es 99, sino 150. Si la evolución continúa en el mismo ritmo que antes, los jugadores con la ambición de llegar al puesto máximo del juego podrían pasar más de un año en esta búsqueda. Y eso no es una broma.